Por Tatiana Cusato
Hay quienes dicen que los argentinos somos fanfarrones y agrandados, pero si en alguna oportunidad alguien intenta discutir el título de Mejor Público del Mundo, lo ganamos por goleada mostrando algún video de cualquier recital de Megadeth en Buenos Aires.
Ni hace falta explicar que aquí nació el famoso “Megadeth Aguante Megadeth”, internacionalmente conocido, y esa cocarda es digna de llevar con el pecho inflado de orgullo.
En esta ocasión la banda de heavy metal liderada por el legendario Dave Mustaine pasó por nuestro país en el marco de la gira “Crash The World Tour”, no sólo con una, sino con tres fechas absolutamente agotadas en el estadio Movistar Arena.
La certeza de la fiesta que se vendría era tan grande que la propia banda decidió transmitir los shows en vivo - aunque de manera paga - en una plataforma de streaming para todo el mundo. Incluso quienes no pudieron asistir a las primeras fechas se fueron enterando de distintas perlitas gracias a las redes sociales, como por ejemplo la zapada acústica que los muchachos hicieron horas antes del último concierto en la puerta del hotel en el que se hospedaban.
Pero vayamos al grano. La tercera jornada de lo que tranquilamente podría denominarse como una convención metalera logró su cometido: volar pelucas y dejar a todos con ganas de más.
El arranque estuvo a cargo de los muchachos de Horcas que, como es su costumbre, dejaron el ambiente bien arriba y realizaron un gran anuncio: el 17 de agosto llegan por primera vez al Estadio de Obras. Media hora después Megadeth apareció sobre el escenario para desplegar una hora y media de puro metal, guitarras, velocidad, destreza y mucho pero mucho pogo.
La lista de temas comenzó con “The Sick, the Dying… and the Dead!”, tema que abre su último trabajo discográfico que lleva el mismo nombre. Seguido por “Skin o' My Teeth” y “Angry Again”, dos clásicos que sirvieron para romper el hielo, como si eso hiciera falta.
Recién ahí se escuchó a Mustaine rugir un “Thank you” que, más avanzado en el show, transformó a un muy aceptable castellano “Muchas gracias chicos”.
Además de la puesta de luces que nunca falla en un show de este nivel, la puesta en escena fue muy sencilla: telón de fondo con la portada del disco y los músicos en escena. No hizo falta más, todo a pura destreza y un sonido arrollador. Megadeth a pleno sobre el escenario como una locomotora a todo vapor y sin frenos que va de frente al público, y éste, dispuesto a poner el cuerpo en un pogo y unos círculos de la muerte incesantes.
La lista de temas estuvo integrada por “Wake Up Dead”, “In My Darkest Hour”, “Countdown to Extinction”, “Sweating Bullets”, “Poison Was the Cure”, “Hangar 18”.
¿Los picos máximos de emoción? “Trust”, “A tout le monde” y sobre todo luego del primer intervalo, momento en que Dave Mustaine volvió al escenario mostrando orgulloso su flamante guitarra especial con los colores de la bandera argentina para ejecutar el eterno “Symphony of Destruction” y todo el folklore que esta altura conlleva.
Listo, del setlist sólo faltaban “Mechanix”, “Peace Sells” y el demoledor “Holy Wars... The Punishment Due”, perteneciente a Rust In Peace.
Después de tantos años y de tantas visitas a la Argentina está más que claro que este amor es verdadero y está sellado a puro fuego y metal.
Ph: Matías Delacroix
Cobertura audiovisual: Malena Berardi y Valentina Arislur