Hay una cosa que está piola: el ida y vuelta entre el músico talentoso y sus seguidores. Antes la posibilidad de hablar con uno de ellos era por carta y las probabilidades de que te conteste eran casi nulas. Hoy las redes sociales acercaron a todas las partes, para bien o para mal. En este caso, para bien: A través de su blog Red Hand Files, el australiano contesta algunas cuestiones que le plantean sus seguidores.
Un italiano de 17 años llamado Eugenio le presentó su problema: junto a su banda trabajaron en un EP, pero considera la opción de esperar porque cree que su canto podría mejorar. ¿Qué le conviene hacer?
Y Nick Cave se tomó el tiempo le contestó: “Cuando empecé como cantante tenía exactamente la misma edad que vos tenés ahora y no tenía idea de cómo hacerlo. En general, dentro de mi banda, que estaba formada por amigos de la escuela, me consideraban la persona ‘no musical’. Me convertí en cantante no por ningún talento explícito, sino porque tuve la tenacidad de pararme frente a la gente, únicamente con carencias y arrogancia, y afronté alegremente la condena de aquellos que tuvieron la desgracia de escucharme. Canté y canté un poco más, porque sabía que eso era lo que hacían los vocalistas. Con el tiempo encontré una voz que podía llamar mía y que en su mayor parte podía transmitir una melodía. A través de esto aprendí algo valioso: una especie de resistencia desafiante a los mensajes, principalmente en mi propia cabeza, que me decían que mi canto podría ser mejor. Me volví duro y protector con mi visión y aprendí que lo que ‘podría ser mejor’ era en realidad la energía siempre vital que me impulsaba hacia adelante”.
Y agregó: “Si tu intención es ser cantante, Eugenio, entonces necesitás cantar y cantar un poco más. No es objeto de debate si vas o no al estudio cuando tenés la oportunidad. Es tu deber con vos mismo hacerlo. Si no aprovechás estas oportunidades para cantar, es posible que siempre seas ese niño melancólico que mira por la ventana de un sueño que nunca tuvo la seguridad de encarnar, y hay pocas cosas más tristes en este mundo que alguien que renuncia a sus sueños. Entonces, ¿sos cantante, Eugenio? ¿Lo sos? Si es así, entonces realmente no hay otra opción: entrá al estudio y demostralo. Estamos obligados a hacer nuestros mejores intentos para convertirnos en lo que deseamos ser. De lo contrario, vamos a seguir siendo para siempre los lamentables cómplices de nuestra propia derrota”. Hermoso.