Ya sólo el título de esta nota suena raro, pero ocurrió así: el pasado 23 de septiembre se estrenó la primera obra de ballet sobre la historia de la legendaria banda que para muchos fue la creadora del heavy metal. Fue en el teatro Hippodrome de Birmingham, Reino Unido, ciudad que los vio nacer.
El impulsor de esta locura es Carlos Acosta, director del Royal Ballet de esa ciudad, y el espectáculo cuenta con ocho himnos de Black Sabbath especialmente reorquestados para la ocasión, además de nuevas canciones inspiradas en ellos. Entre ellos están “Iron Man”, “War Pigs”, “Black Sabbath”, “Solitude”, “Laguna Sunrise” y “Sabbath Bloody Sabbath”.
Tony Iommi, guitarrista y fundador de la banda, estuvo presente en algunos de los ensayos, pero nadie se esperaba que saliera al escenario durante el estreno para tocar el clásico “Paranoid”, rodeado del gran elenco de bailarines.
Entre los espectadores también estuvieron el bajista de la banda Geezer Butler; la esposa de Ozzy Osbourne, Sharon; Robert Plant, cantante de Led Zeppelin; y Bev Bevan, de Electric Light Orchestra, quien tocó la batería para Sabbath en dos períodos diferentes de la década de los 80.
Luego de la gran noche, Iommi acudió a sus redes sociales para expresar: "Gracias a todos los que nos apoyaron en el Ballet, anoche tuvimos un gran estreno. Es un honor participar con estos talentosos bailarines. Me temo que no asistiré a todas las representaciones".
Valga la aclaración, no sea cosa que la sala se llene sólo con la expectativa de ver al querido Tony. ¿Cuántos en esta sala se animarían al ballet sólo por amor a Black Sabbath?