Por Agustín Baccá
“Trataremos de no hablar pavadas.. trataremos de no hablar directamente. Escuchen ésta” tiró Ariel Sanso como al 8vo tema del show. Antes sólo deslizó un simpático “boa noite” de bienvenida, luego de las primeras tres canciones al hilo. Así lo propusieron y a eso se aferraron: que la música sea el emisor, la única que tiene cosas para decir.
Pez se presentó en el palermitano Niceto Club con la idea de repasar canciones de sus 20 discos y presentar temas nuevos, publicados de forma oficial recién en diciembre. Uno de los más destacados fue “¿Habiendo tanto vampiro suelto qué es lo que uno puede hacer?” desconocido pero celebrado por los presentes (85% varones).
El grupo se completa con Fósforo Garcíaen el bajo (con remera de la lengua de los Stones), Franco Salvador en batería (remera gris) y Hernán Espejo -la flamante última incorporación- en guitarra (remera de Arise de Sepultura). Minimal usó una que decía “la gente me asusta”.
Sí, claro que sonaron bien, ¡es Pez! Ni me quiero meter en eso porque no entiendo de técnica, pero ellos son garantía de calidad. Ajustadísimos, potentes y detallistas, como si ensayaran todos los días. Lo tienen todo: intros y finales memorables, solos de guitarra, líneas de bajo, una bata firme y ahora al ser un cuarteto al riff se le suma el punteo arriba. Todo tienen.
“¿Lo invitaste al Chizzo?” preguntó uno del público, haciendo referencia a la participación del cantante de La Renga en el show de Divididos en Vélez. Y Ariel contestó: “Al Tete lo conocemos, nos vino a saludar en un Festipez. Nosotros no invitamos a nadie, el que quiere venir que venga”.
Luego de tocar el clásico “Más música” hubo otro clásico: el del cantante guitarrista que pide que le suban el volumen de su viola. Pero acá Minimal tenía razón. También pidió que le bajen la voz a los coros del batero. Y juro que tenía razón también.
Ese tipo de problemitas rondaron toda la noche, aunque nada grave. “¿Estos fierros son nuestros? Son malísimos” se quejó el frontman con el micrófono corrido, desajustado, esperando que alguien lo ayude. En un momento Minimal pareció putear al joven plomo que lo asistía. Le reprochó algo de la guitarra. Pero se ve que el plomo le contesta y Ariel acepta. Y cuenta al público: “Qué increíble. Le dije `te olvidaste de ponerle la palanca´.. pero eso era de otra guitarra. Qué mal.”. Risas y a lo que sigue.
Probablemente la banda no toque en CABA hasta diciembre, cuando con el nuevo disco vuelvan a presentarse.. “en el Campo de Polo.. No mentira, imposible. Ya les vamos a contar, algo groso vamos a hacer”.
Casi al final Minimal acusa un dolor en la mano izquierda y entrega su guitarra al plomo. “Desde el viento en la montaña hasta la espuma del mar” la hace sólo cantando, apoyándose en Hernán Espejo. Hasta que en mitad cazó la viola. Petacular.
Ph: Tato Baccá.