Por Agustina Dimola
En 2015 mediante un comunicado oficial en sus redes sociales, las cuatro L7, Suzi, Donita, Jennifer y Dee, expresaron su profundo deseo de volver a tocar en Latinoamérica (ya lo habían hecho en Brasil en 1993). Pero no fue hasta ayer, martes 31 de octubre, que pudieron hacer realidad este anhelo: una noche lluviosa de Halloween en Buenos Aires.
Con un claro objetivo las L7 vinieron a traer lo mejor de los noventas y del movimiento conocido como Riot Girrl, es decir, chicas a las que les gusta el caos y meterse en problemas.
Allá por los noventas, meterse en problemas y ser un poco escandalosa podría haber sido tranquilamente acercarse a una escena musical plagada de hombres y poder imponer una forma de cantar, de tocar o incluso atreverse a tocar heavy metal. Hoy en día por suerte ya no se cuestiona que una mujer lleve un instrumento o que haya bandas de rock íntegramente de chicas y disidencias, o por lo menos se hace en menor medida que antes. Lo cierto es que esta visitia legitimó los cuarenta años de carrera de L7, que son también cuarenta años de rock and roll feminista.
Pasadas las 21 horas arrancó un show rockero con todas las letras, desde la estética, hasta la flying V característica de Donita en su versión blanca y también negra. Una Jennifer que fiel al estilo tocó todo el show descalza y la inigualable voz rasposa de Suzi fogoneando el pogo de chicas y una coreografía que aparecía cada tanto, y que no dejaba afuera el headbanging y el mosh como respuesta del público argentino.
Lo primero que avisaron fue que les habían advertido lo que significaba tocar para el público argentino y que se sentían de alguna manera “debutantes” en nuestro país. A medida que se fue calentando Groove perdieron esa timidez y aseguraron que ya no eran más las “Buenos Aires virgins”. Si bien se ha hablado de punk y de grunge, lo cierto es que el sonido de L7 también coquetea con el metal sin perder la rapidez ramonera y los estribillos pegadizos al estilo cancha, todo lo que le gusta al público argentino que promedió los treinta y pico para arriba, y que venía a ver a las cuatro californianas un poco para añorar el pasado noventero y tachar una de las pendiente del estilo.
La llegada de L7 fue muy esperada por eso el setlist incluyó sus más grandes éxitos de sus seis discos de estudio como “Pretend we’re dead” y el clásico con el que eligieron finalizar su show, la oda de cualquier Riot Girrrl: “Fast and frightening”.
Rápidas y aterradoras, cumplieron un deseo por partida doble: una fiesta absoluta en la noche de brujas y cuatro rockeras que no están dispuestas a bajar nunca del escenario.
Cobertura Audiovisual: Agustina Dimola / Malena Berardi.
