Qué podemos decir del violero de Queen a esta altura que no se haya dicho antes. Pero no hace falta, porque en este caso no se necesitó un periodista inquisidor metiendo preguntas filosas para sacarle alguna declaración picante. Eso solito lo hizo él.
El músico compartió un video captado por un seguidor en un reciente concierto en Austin, Texas, y antes de su concierto en Chicago quiso ofrecer estas palabras: "¡Buenos días Chicago! Es bueno estar de vuelta en su épica ciudad. Siempre me da una inyección de energía. Este clip me llamó la atención. No suelo publicar videos de mí tocando en nuestro show porque normalmente me cuesta mirarlos y ver todas las imperfecciones”.
"En este video se puede ver que el punto de seguimiento frontal tarda mucho tiempo en encontrarme. Esto hace que la cara se vea dramáticamente oscura, pero también significa que, especialmente con todo ese humo, no puedo ver mis dedos, ¡haciendo las cosas un poco más difíciles de lo normal! De todos modos, es un momento de mucha presión, porque lo interpreto como parte de un set y, al igual que "God Save the Queen" en lo alto del palacio de Buckingham, casi todo el mundo sabe cómo debe sonar”.
"Aunque "la canción" está más o menos definida, es muy diferente cada noche, dependiendo de lo bien que me oiga, de mi estado de ánimo y de cómo sople el viento. También es una locura pasar por debajo del escenario montado sobre unas ruedas para entrar en la trampilla y salir despedido por el humo en ese preciso momento. Es divertido, sin duda, una especie de truco de magia que implica también un cambio de ropa rapidísimo. Esta noche, el tiempo era demasiado escaso para ponerme el traje de "bola de espejos humana" que he estado luciendo... así que ahí estoy con una simple camisa para que el cambio se produzca a tiempo. Veo esto y me siento muy crítico, tanto conmigo como con lo que estoy haciendo... pero en este momento de la vida he llegado a aceptar lo que hay. Sólo sé que doy lo mejor de mí cada noche. Nos vemos esta noche en Chicago. Ahora ya sabéis lo que pasa por mi cabeza. ¡Quizás!”.
